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Crónica - 12 abril, 2010

Consuelo vive en abril

Por Juan Rincón Vanegas [email protected] No se qué hace posible que ‘La Cacica’, Consuelo Araujo Noguera, viva y siga recordándose cuando se acerca el Festival de la Leyenda Vallenata, y no es por sus importantes ejecutorias, por el nombre del Parque de la Leyenda, por la institución educativa,  por el auditorio de la Biblioteca Departamental […]

Por Juan Rincón Vanegas
[email protected]

No se qué hace posible que ‘La Cacica’, Consuelo Araujo Noguera, viva y siga recordándose cuando se acerca el Festival de la Leyenda Vallenata, y no es por sus importantes ejecutorias, por el nombre del Parque de la Leyenda, por la institución educativa,  por el auditorio de la Biblioteca Departamental y ahora por la ‘Pilonera mayor’.
Todo se debe a las cartas que le dirigen algunos funcionarios a nivel nacional y colegas de los medios de comunicación. No supe cómo recibirlo, cuando un colega le escribió una bonita carta deseándole “que tengas buena salud” o un funcionario pidiéndole “hágame ese favor especial que le agradeceré toda la vida”. Ambos casos son imposibles.
No la dan por muerta, a pesar de que la noticia fue mundial a finales de septiembre de 2001, y las cartas siguen llegando como si nada. Toca decirles la verdad y noto que por pena o no se qué, no hay ninguna respuesta.
Consuelo descansa en el cementerio central de Valledupar, y cuando creía que ese capítulo de las cartas estaba cerrado, volví este año a recibir una más.
Se escribió con qué cariño, con una asombrosa amabilidad y con ese deseo de que el Festival de la Leyenda Vallenata continúe siendo la ventana donde el mundo se asome a conocer a Valledupar y la economía suba para que los más necesitados se beneficien por el imán que produce el sonido de un acordeón, una caja y una guacharaca.
La carta recibida denota un agradecimiento especial por la mujer que puso a andar ese tren festivalero, gracias a su manera de darle la forma más exacta que hace posible que durante cinco días “nadie se acuerde ni de la muerte”.
Cuando el presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina Araujo, hijo de ‘La Cacica’, ha leído las cartas, enviadas a lo largo de estos años,  se le pinta la nostalgia en la cara y expresa que el nombre de su progenitora nunca muere por todo lo que aportó a la música vallenata.

La llamada

En medio de los comentarios de las cartas y de las actividades de la oficina de comunicaciones de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, la secretaria Dalays Marcela Hernández,  recibió una llamada y para su sorpresa la persona en el otro lado de la línea pedía que la comunicaran con Consuelo Araujo.
Solamente la secretaria acertó a decir: “Ella, murió hace 9 años”. Y la persona dijo: “Perdón, no sabía y entonces con quién puedo hablar”.
Pasé al teléfono y su solicitud consistía en que quería venir a Valledupar y mostrar sus pinturas y de paso pintarla a ella, como en la foto donde aparece sonriendo. Volvió a pedir perdón y manifestó: “Dios la tenga en su santo reino y de todas maneras la voy a pintar”.

El sueño de Ludys

Los sueños de la periodista vallenata Ludys Ovalle, quien vive hace varios años en Barcelona, España y que fue noticia cuando se casó con un amor que conoció en internet, son muy frecuentes y con personajes fallecidos en Valledupar.
Precisamente chateando con ella escribió lo siguiente: “Tuve un sueño con ‘La Cacica’, Consuelo Araújo. Ella me contaba que no le gustaba usar zapatos altos y de repente se puso de pie y le dije que deseaba darle un abrazo. Se acercó a mi y cuando me miró le dije que se veía muy, pero muy triste. Tenía la cara compungida.
Entonces ella me preguntó que si yo podía hablar con los muertos….Yo sonreí y le manifesté que mi mamá me dijo que si podía hacerlo….Me habló de todo un poco, sonrió triste y se alejó”.

Consuelo

Cacica, danos Consuelo
Consuelo danos Cacica,
pa’ que florezcan de nuevo
las trinitarias marchitas.

Como en la canción del maestro Escalona, ‘Honda herida’, la que más le gustaba a Consuelo Araujo, al leer las cartas se siente ese sentimiento y precisamente tocando el tema de las canciones muchos compositores se inspiraron para cantarle a ‘La Cacica’ por todo lo que significó para la música vallenata. Precisamente ella, el sábado 8 de marzo de 1969, dijo en su carta Vallenata publicada en El Espectador, que el vallenato se tomaría el mundo. Sus palabras fueron proféticas porque hoy es una realidad.
Unas de esas canciones la compuso Efraín Quintero Molina, llamada ‘Consuelo’ y que interpretó Iván Villazón, donde relata la manera como quedó Valledupar por su partida.

Aquí en mi tierra volverán los buenos tiempos
y de la sierra bajará su corazón,
con la nobleza de su bello pensamiento
de dar la vida por su gente y su folclor.

Han pasado 9 años y su nombre y su presencia se sienten en todos los lugares donde suena un acordeón porque ella hizo posible a través de su enjundia, dedicación, sus libros  y de sus trabajos periodísticos que la música vallenata tuviera la acogida que necesitaba para ubicarse en el primer lugar del corazón de los colombianos. Su vida fue truncada y no alcanzó a ver los frutos de su importante labor que comenzó en 1968 cuando se coronó como primer Rey Vallenato, Alejandro Durán Díaz, el hombre que abrió el camino hasta hoy llegar a Sergio Luís Rodríguez Avila, ahora joven que cuando niño Consuelo Araujo, cargó y lo vio coronarse dos veces rey infantil del Festival de la Leyenda Vallenata.
No hay duda, Consuelo Araujo Noguera vive en abril, y no podemos descartar que en lo faltante del mes alguna otra carta llegue pidiéndole un favor, regresándola con su bella sonrisa o quizás dándole gracias a Dios por todo lo que hizo por la música vallenata.

El valle quedó dolido
su imagen nos quedará
en cada verso de amor.

FRASE PARA DESTACAR
La carta recibida denota un agradecimiento especial por la mujer que puso a andar ese tren festivalero, gracias a su manera de darle la forma más exacta que hace posible que durante cinco días “nadie se acuerde ni de la muerte”.

Crónica
12 abril, 2010

Consuelo vive en abril

Por Juan Rincón Vanegas [email protected] No se qué hace posible que ‘La Cacica’, Consuelo Araujo Noguera, viva y siga recordándose cuando se acerca el Festival de la Leyenda Vallenata, y no es por sus importantes ejecutorias, por el nombre del Parque de la Leyenda, por la institución educativa,  por el auditorio de la Biblioteca Departamental […]


Por Juan Rincón Vanegas
[email protected]

No se qué hace posible que ‘La Cacica’, Consuelo Araujo Noguera, viva y siga recordándose cuando se acerca el Festival de la Leyenda Vallenata, y no es por sus importantes ejecutorias, por el nombre del Parque de la Leyenda, por la institución educativa,  por el auditorio de la Biblioteca Departamental y ahora por la ‘Pilonera mayor’.
Todo se debe a las cartas que le dirigen algunos funcionarios a nivel nacional y colegas de los medios de comunicación. No supe cómo recibirlo, cuando un colega le escribió una bonita carta deseándole “que tengas buena salud” o un funcionario pidiéndole “hágame ese favor especial que le agradeceré toda la vida”. Ambos casos son imposibles.
No la dan por muerta, a pesar de que la noticia fue mundial a finales de septiembre de 2001, y las cartas siguen llegando como si nada. Toca decirles la verdad y noto que por pena o no se qué, no hay ninguna respuesta.
Consuelo descansa en el cementerio central de Valledupar, y cuando creía que ese capítulo de las cartas estaba cerrado, volví este año a recibir una más.
Se escribió con qué cariño, con una asombrosa amabilidad y con ese deseo de que el Festival de la Leyenda Vallenata continúe siendo la ventana donde el mundo se asome a conocer a Valledupar y la economía suba para que los más necesitados se beneficien por el imán que produce el sonido de un acordeón, una caja y una guacharaca.
La carta recibida denota un agradecimiento especial por la mujer que puso a andar ese tren festivalero, gracias a su manera de darle la forma más exacta que hace posible que durante cinco días “nadie se acuerde ni de la muerte”.
Cuando el presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina Araujo, hijo de ‘La Cacica’, ha leído las cartas, enviadas a lo largo de estos años,  se le pinta la nostalgia en la cara y expresa que el nombre de su progenitora nunca muere por todo lo que aportó a la música vallenata.

La llamada

En medio de los comentarios de las cartas y de las actividades de la oficina de comunicaciones de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, la secretaria Dalays Marcela Hernández,  recibió una llamada y para su sorpresa la persona en el otro lado de la línea pedía que la comunicaran con Consuelo Araujo.
Solamente la secretaria acertó a decir: “Ella, murió hace 9 años”. Y la persona dijo: “Perdón, no sabía y entonces con quién puedo hablar”.
Pasé al teléfono y su solicitud consistía en que quería venir a Valledupar y mostrar sus pinturas y de paso pintarla a ella, como en la foto donde aparece sonriendo. Volvió a pedir perdón y manifestó: “Dios la tenga en su santo reino y de todas maneras la voy a pintar”.

El sueño de Ludys

Los sueños de la periodista vallenata Ludys Ovalle, quien vive hace varios años en Barcelona, España y que fue noticia cuando se casó con un amor que conoció en internet, son muy frecuentes y con personajes fallecidos en Valledupar.
Precisamente chateando con ella escribió lo siguiente: “Tuve un sueño con ‘La Cacica’, Consuelo Araújo. Ella me contaba que no le gustaba usar zapatos altos y de repente se puso de pie y le dije que deseaba darle un abrazo. Se acercó a mi y cuando me miró le dije que se veía muy, pero muy triste. Tenía la cara compungida.
Entonces ella me preguntó que si yo podía hablar con los muertos….Yo sonreí y le manifesté que mi mamá me dijo que si podía hacerlo….Me habló de todo un poco, sonrió triste y se alejó”.

Consuelo

Cacica, danos Consuelo
Consuelo danos Cacica,
pa’ que florezcan de nuevo
las trinitarias marchitas.

Como en la canción del maestro Escalona, ‘Honda herida’, la que más le gustaba a Consuelo Araujo, al leer las cartas se siente ese sentimiento y precisamente tocando el tema de las canciones muchos compositores se inspiraron para cantarle a ‘La Cacica’ por todo lo que significó para la música vallenata. Precisamente ella, el sábado 8 de marzo de 1969, dijo en su carta Vallenata publicada en El Espectador, que el vallenato se tomaría el mundo. Sus palabras fueron proféticas porque hoy es una realidad.
Unas de esas canciones la compuso Efraín Quintero Molina, llamada ‘Consuelo’ y que interpretó Iván Villazón, donde relata la manera como quedó Valledupar por su partida.

Aquí en mi tierra volverán los buenos tiempos
y de la sierra bajará su corazón,
con la nobleza de su bello pensamiento
de dar la vida por su gente y su folclor.

Han pasado 9 años y su nombre y su presencia se sienten en todos los lugares donde suena un acordeón porque ella hizo posible a través de su enjundia, dedicación, sus libros  y de sus trabajos periodísticos que la música vallenata tuviera la acogida que necesitaba para ubicarse en el primer lugar del corazón de los colombianos. Su vida fue truncada y no alcanzó a ver los frutos de su importante labor que comenzó en 1968 cuando se coronó como primer Rey Vallenato, Alejandro Durán Díaz, el hombre que abrió el camino hasta hoy llegar a Sergio Luís Rodríguez Avila, ahora joven que cuando niño Consuelo Araujo, cargó y lo vio coronarse dos veces rey infantil del Festival de la Leyenda Vallenata.
No hay duda, Consuelo Araujo Noguera vive en abril, y no podemos descartar que en lo faltante del mes alguna otra carta llegue pidiéndole un favor, regresándola con su bella sonrisa o quizás dándole gracias a Dios por todo lo que hizo por la música vallenata.

El valle quedó dolido
su imagen nos quedará
en cada verso de amor.

FRASE PARA DESTACAR
La carta recibida denota un agradecimiento especial por la mujer que puso a andar ese tren festivalero, gracias a su manera de darle la forma más exacta que hace posible que durante cinco días “nadie se acuerde ni de la muerte”.