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General - 18 abril, 2014

Aracataca llora a su hijo ilustre

Aracata, la tierra en la que nació Gabriel García Márquez hace 87 años, no sale aún de su asombro por la noticia de la muerte del Premio Nobel. Poco a poco, los cataqueños se acercaron a la Casa Museo, y como gesto de agradecimiento, encendieron velas en la entrada de la casa en la que vivió sus primeros años de vida.

Desde que se conoció la muerte de Gabo, no cesa la romería de personas en las afueras de la Casa Museo del Nobel, en Aracata, Magdalena. EL PILÓN / Antonio Peralta.
Desde que se conoció la muerte de Gabo, no cesa la romería de personas en las afueras de la Casa Museo del Nobel, en Aracata, Magdalena. EL PILÓN / Antonio Peralta.

Aracataca, la tierra en la que nació Gabriel García Márquez hace 87 años, no sale aún de su asombro por la noticia de la muerte del Premio Nobel. Poco a poco, los cataqueños se acercaron a la Casa Museo, y como gesto de agradecimiento, encendieron velas en la entrada de la casa en la que vivió sus primeros años de vida.

El alcalde de este municipio magdalenense, Tufit Hatum Arias lamentó la muerte del Premio Nobel de Literatura, expresando que desde su municipalidad, se le hará un homenaje a la altura de su nombre. “Acabamos de firmar un decreto declarando cinco días de duelo por el fallecimiento de Gabito, y nos vamos a reunir para establecer qué tipo de homenaje vamos a realizar” expresó el mandatario.

La Casa Museo expone en su entrada, un cuadro del Nobel mirando hacía el cielo, y rodeado de muchas mariposas amarillas, mientras que entre llantos y cánticos, algunos habitantes de la Aracataca olvidada, que el Nobel llevó magistralmente a la literatura universal, se establecieron en la Casa Museo, para recordarlo y agradecerle por llevar el nombre de su pueblo a otras latitudes.

“Gabo le dio mucho prestigio a Aracataca, a Colombia y el mundo y queremos que todos nos unamos en conmemoración a esta muerte tan fatal y tan lamentable, pero que entendemos, es la voluntad de dios” expresó Robinson Mulford, docente e historiador de Aracataca.

Por Antonio Peralta Nieto / EL PILÓN 

General
18 abril, 2014

Aracataca llora a su hijo ilustre

Aracata, la tierra en la que nació Gabriel García Márquez hace 87 años, no sale aún de su asombro por la noticia de la muerte del Premio Nobel. Poco a poco, los cataqueños se acercaron a la Casa Museo, y como gesto de agradecimiento, encendieron velas en la entrada de la casa en la que vivió sus primeros años de vida.


Desde que se conoció la muerte de Gabo, no cesa la romería de personas en las afueras de la Casa Museo del Nobel, en Aracata, Magdalena. EL PILÓN / Antonio Peralta.
Desde que se conoció la muerte de Gabo, no cesa la romería de personas en las afueras de la Casa Museo del Nobel, en Aracata, Magdalena. EL PILÓN / Antonio Peralta.

Aracataca, la tierra en la que nació Gabriel García Márquez hace 87 años, no sale aún de su asombro por la noticia de la muerte del Premio Nobel. Poco a poco, los cataqueños se acercaron a la Casa Museo, y como gesto de agradecimiento, encendieron velas en la entrada de la casa en la que vivió sus primeros años de vida.

El alcalde de este municipio magdalenense, Tufit Hatum Arias lamentó la muerte del Premio Nobel de Literatura, expresando que desde su municipalidad, se le hará un homenaje a la altura de su nombre. “Acabamos de firmar un decreto declarando cinco días de duelo por el fallecimiento de Gabito, y nos vamos a reunir para establecer qué tipo de homenaje vamos a realizar” expresó el mandatario.

La Casa Museo expone en su entrada, un cuadro del Nobel mirando hacía el cielo, y rodeado de muchas mariposas amarillas, mientras que entre llantos y cánticos, algunos habitantes de la Aracataca olvidada, que el Nobel llevó magistralmente a la literatura universal, se establecieron en la Casa Museo, para recordarlo y agradecerle por llevar el nombre de su pueblo a otras latitudes.

“Gabo le dio mucho prestigio a Aracataca, a Colombia y el mundo y queremos que todos nos unamos en conmemoración a esta muerte tan fatal y tan lamentable, pero que entendemos, es la voluntad de dios” expresó Robinson Mulford, docente e historiador de Aracataca.

Por Antonio Peralta Nieto / EL PILÓN