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Judicial - 14 julio, 2010

Aplazada audiencia de presunto violador de El Copey ante la falta de pruebas de ADN

La víctima contaba con siete años La Juez Segundo Penal del Circuito de Valledupar, Gloria Mariño Quiñones con funciones de conocimiento no encontró sustento en la solicitud de aplazamiento de la fiscal Sarelly Morales Cáceres, quien no asistió a la audiencia pública programada para ayer, en el proceso seguido contra Everto José Martínez Martínez, de […]

La víctima contaba con siete años

La Juez Segundo Penal del Circuito de Valledupar, Gloria Mariño Quiñones con funciones de conocimiento no encontró sustento en la solicitud de aplazamiento de la fiscal Sarelly Morales Cáceres, quien no asistió a la audiencia pública programada para ayer, en el proceso seguido contra Everto José Martínez Martínez, de 25 años, por el delito de acceso carnal violento, excusándose por la falta de los resultados de las pruebas de ADN que se esperan de los laboratorios de Instituto de Medicina Legal de Bogotá.
Ante esta determinación la diligencia fue aplazada para el próximo 24 de agosto.
Quedó consignado en el expediente que el despacho judicial estuvo atento para efectos de dar cumplimiento a los términos judiciales que exige la ley 906 de 2004 por lo que no comprende el requerimiento ante una diligencia que pudo iniciar adelantando las pruebas ordenadas como testimonios y las pruebas por parte de la química Forense del Instituto de Medicina Legal de Bucaramanga, María Isabel Rueda Serrano, quien practicó el examen  sexológico.
El médico forense del Instituto de Medicina Legal de Valledupar, Néstor Augusto Tarazona Galindo, realizó el examen en primera instancia.
Ante lo ocurrido, esta agencia judicial determinó oficiar a la dirección de Fiscalía Seccional y poner en conocimiento la situación que consideró como entorpecimiento al proceso.
De acuerdo al expediente, Everto José Martínez Martínez es señalado del delito de acceso carnal violento con menor de 14 años en el que resultó víctima una menor de siete años que, según las investigaciones, fue sacada de su casa, ubicada en el barrio ‘Corea’ del municipio de El Copey en horas de la madrugada del seis de marzo de 2010.
Este caso,  denunciado por la madre de la víctima, llevó a las autoridades hasta el lugar donde ocurrieron los hechos y quedó consignado que se halló ropa de la menor y rastros de sangre. Además los investigadores recibieron la descripción del agresor que coincidió con las características de un hombre que, tres días después del hecho, fue sorprendido, según el sumario, semidesnudo en el patio de una casa  donde habitaban dos menores que se presume serían sus próximas víctimas.
El presunto violador fue agredido de manera brutal por la comunidad, que coincidió en señalarlo como el responsable de acceder a la pequeña de siete años.
Según lo señala el expediente, la abuela de la menor reconoció una ropa de su nieta que le fue encontrada al supuesto violador. Este detalle sumado al de un tatuaje en uno de sus brazos y una cola de caballo que lucía Martínez Martínez y de la que se deshizo, según testimonio de la misma comunidad, luego de la ocurrencia de los hechos, fueron claves para vincularlo a la investigación.
Martínez Martínez fue remitido al Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar con trauma craneoencefálico  severo, trauma de cerrado de tórax,  heridas abiertas en la cabeza, en la cara y múltiples contusiones en todo el cuerpo, sufridos ante la pretensión de linchamiento por parte de la comunidad que enfurecida quiso tomar la justicia  por sus propias manos y lo atacaron a palo, machete y piedra. El intruso, en un intento desesperado por salvarse de una linchada segura,  manifestó que solo pretendía  entrar a robar la casa pero esta versión no fue aceptada por la turba enardecida.
Para la época, la comunidad vivía un nerviosismo colectivo ante tres casos seguidos de violación que se presentaron en la mencionada población.

Judicial
14 julio, 2010

Aplazada audiencia de presunto violador de El Copey ante la falta de pruebas de ADN

La víctima contaba con siete años La Juez Segundo Penal del Circuito de Valledupar, Gloria Mariño Quiñones con funciones de conocimiento no encontró sustento en la solicitud de aplazamiento de la fiscal Sarelly Morales Cáceres, quien no asistió a la audiencia pública programada para ayer, en el proceso seguido contra Everto José Martínez Martínez, de […]


La víctima contaba con siete años

La Juez Segundo Penal del Circuito de Valledupar, Gloria Mariño Quiñones con funciones de conocimiento no encontró sustento en la solicitud de aplazamiento de la fiscal Sarelly Morales Cáceres, quien no asistió a la audiencia pública programada para ayer, en el proceso seguido contra Everto José Martínez Martínez, de 25 años, por el delito de acceso carnal violento, excusándose por la falta de los resultados de las pruebas de ADN que se esperan de los laboratorios de Instituto de Medicina Legal de Bogotá.
Ante esta determinación la diligencia fue aplazada para el próximo 24 de agosto.
Quedó consignado en el expediente que el despacho judicial estuvo atento para efectos de dar cumplimiento a los términos judiciales que exige la ley 906 de 2004 por lo que no comprende el requerimiento ante una diligencia que pudo iniciar adelantando las pruebas ordenadas como testimonios y las pruebas por parte de la química Forense del Instituto de Medicina Legal de Bucaramanga, María Isabel Rueda Serrano, quien practicó el examen  sexológico.
El médico forense del Instituto de Medicina Legal de Valledupar, Néstor Augusto Tarazona Galindo, realizó el examen en primera instancia.
Ante lo ocurrido, esta agencia judicial determinó oficiar a la dirección de Fiscalía Seccional y poner en conocimiento la situación que consideró como entorpecimiento al proceso.
De acuerdo al expediente, Everto José Martínez Martínez es señalado del delito de acceso carnal violento con menor de 14 años en el que resultó víctima una menor de siete años que, según las investigaciones, fue sacada de su casa, ubicada en el barrio ‘Corea’ del municipio de El Copey en horas de la madrugada del seis de marzo de 2010.
Este caso,  denunciado por la madre de la víctima, llevó a las autoridades hasta el lugar donde ocurrieron los hechos y quedó consignado que se halló ropa de la menor y rastros de sangre. Además los investigadores recibieron la descripción del agresor que coincidió con las características de un hombre que, tres días después del hecho, fue sorprendido, según el sumario, semidesnudo en el patio de una casa  donde habitaban dos menores que se presume serían sus próximas víctimas.
El presunto violador fue agredido de manera brutal por la comunidad, que coincidió en señalarlo como el responsable de acceder a la pequeña de siete años.
Según lo señala el expediente, la abuela de la menor reconoció una ropa de su nieta que le fue encontrada al supuesto violador. Este detalle sumado al de un tatuaje en uno de sus brazos y una cola de caballo que lucía Martínez Martínez y de la que se deshizo, según testimonio de la misma comunidad, luego de la ocurrencia de los hechos, fueron claves para vincularlo a la investigación.
Martínez Martínez fue remitido al Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar con trauma craneoencefálico  severo, trauma de cerrado de tórax,  heridas abiertas en la cabeza, en la cara y múltiples contusiones en todo el cuerpo, sufridos ante la pretensión de linchamiento por parte de la comunidad que enfurecida quiso tomar la justicia  por sus propias manos y lo atacaron a palo, machete y piedra. El intruso, en un intento desesperado por salvarse de una linchada segura,  manifestó que solo pretendía  entrar a robar la casa pero esta versión no fue aceptada por la turba enardecida.
Para la época, la comunidad vivía un nerviosismo colectivo ante tres casos seguidos de violación que se presentaron en la mencionada población.